jueves, 13 de agosto de 2020

Allende la Palabra

I
OTEANDO LA PAZ
Textos visuales a tres voces

PRIMER PREMIO EN LOS LXXIX JUEGOS FLORALES HISPANOAMERICANOS 2016. QUETZALTENANGO-GUATEMALA

LAS CONTIENDAS

Viene su estirpe del entramado de las contiendas de allende el tiempo, del algodonal
donde las manos hilanderas forjaron el cobijo cotidiano para el cuerpo de hombres y mujeres
que diseñaron los caminos que salen de lo remoto
a este intervalo esencial hecho de infinitud.

El holocausto del ser no acalla desobediencia ni el ímpetu cuando el fuego consumió los edictos
que consagraron el desarraigo
esos exilios  del sembrador hacia socavones inadvertidos
o el retorno del liberto al silencio de las sumisiones.

Despertó
el comunero sobre la sabana de sus querencias
domeñando al miedo
mientras entre techumbres humildes
trepidaban pájaros mensajeros
y la lumbre familiar
abrigaba leyendas y profecías sobre la vida…
todos los sueños, el saberse artificio bajo la piel, minúsculo, mimético, ser hecho de polvo y de ceniza, de la Palabra que zanja su  destino en las inmediaciones  del Hombre, sonido  luz  presagio en desuso que se remonta a los orígenes donde se remoza el regocijo, la percepción ufana de lo inerte, aquellos malabares acordes que sindican cuando los jueces se deterioran desde la impavidez como símbolos solapados de viejos códices aviesos.

EL LLAMADO

Se libraron batallas:

el paso sobre la tierra se tornó fugaz y tortuoso, en el sigilo mujeres y hombres,
hechos para el peligro, arraigaron con su desnudez en nidales de musgo y de roca,
mientras los campanarios emplazaban desde los límites de las aldeas
a la multitud ahíta  de asedios siniestros, prestos a sufrir una muerte y mil muertes más al borde del huracán
fundando comarcas donde acrecentaron frutos
para todos los graneros,
y afuera sobre el azul de las montañas hacia el mar
entre árboles añosos
pequeños arbustos, pajonales y espigas
pájaros, mariposas y felinos
roedores diurnos, insectos diminutos comparan
la extensión telúrica.
Afue entonces,
el solaz de todo lo viviente sobre la Tierra, la paz
un prodigio en el amplio albedrío
inventado para el Hombre, el ogeno
una extensión  del Diseñador sobre los seres y las cosas,
un enigma develado
en las tertulias de hoguera
que comparan pescadores, mineros y segadores.

Avizorando así, gatos salvajes, girando entre los muros
de un recinto, incitado a esfumarse por el ojo de la cerradura
mientras afuera libres
los niños corrían corceles sobre el pasto
salvaban gaviotas de la oscuridad de la recámara,
se embadurnan del resplandor
desde los límites de sus venas
hasta ese hálito que fuga sin rumbo,
en tanto asumían la utopía de aguardar una señal
venida del misterio
o figuraban ser ángeles que perdieron su espada
jugando naipes en su descarriada adolescencia
simulándose amantes pérfidos insaciables
libres en el laberinto del arrabal inextricable en la noche:
-estas cosas suceden tan de prisa-
los relojes  se tornan inscripción que oculta el vacío
que se deja,
el peligro,
las alucinaciones que con todo amor puso la madre
en la alforja a la hora de concluir su misión;
el destierro hasta este monólogo del aprendiz de autista
que concluye la sinfonía
cautivo en esa divagación de acordes
que trepidan en el piano
guarecido en el desván,
en los cristales enmohecidos,
en la huella digital que marcó esta impronta
esta fuerza que detiene al naufrago
en medio del oleaje,
lejos de la piel deseada, aprendiendo sortilegios
en las profundidades del océano
para colmar los anhelos de la amante,
inventando islas
cada vez s en el cuenco de la mano, libérrimo
develando  la utopía de la paz
cautivando en este territorio
…así es el rehacer cotidiano de cada quién
en su potestad de Ser
enavegar hacia la orilla serena
donde se aplaca todzozobra,
el asirse a la levitude nuevos códigos
o la certeza de la palabra como un don
del que abre la puerta de su casa
al amigo que trae recados desde tierras extrañas,,,

LA PALABRA DESCARRIADA
(textos visuales a tres voces)


/Es una aventura sobre el lecho

/… una transgresión

que se ensaya s allá de la comisura
de toda pretensión
un infinitarse desde el borde del navío
hacia lo profundo
concibiendo palabras abandonadas
a la deriva por la desidia humana
reflejándose en cada figuración
que seduce en medio del sueño
desde ese largo silencio
que anima desde el límite de la piel
fiel a las formas que el ojo multiplica,
al roce sobre lahojas
que acaudala el oído,
a ese hálito compartido que impele
el aire desbordado sobre la piel/
hacia el trajinar sin límite/.

//Así los ángeles mortales  invaden la estancia, se solazan, cuando el hombre se empeña poel pan cotidiano.

El campesino ofrenda una hogaza tibia al extranjero a cambio de la ilusión de verse sobre un navío desbocado, la doncella entreabre el dintel de su fortaleza  cuando presiente la infancia alejarse como un pájaro que emprende.

Así el ser humano enrumba sus pasos hacia el muro, se regocija, cuando los cantos de sirena anuncian la aventura del vivir.

EL POETA

Solo los ojos de Nazim, miran s allá de los barrotes, sobre el naufragio, miran sobre las calles
los pequeños cuerpos  de Diyarbakir y de Ergani consumirse
como dos pequeñas gotas de rocío
en los desiertos
y presiente cómo en el destartalado cuarto de suburbio
la anónima Berenice
apura con su propia mano el fuego de un cuchillo
en búsqueda inútil de aquel paraíso
del que por precario no se retorna.

Desde entonces por las calles del mundo el poeta silba como rayos premoniciones sobre la vida y la muerte de los que callan mientras desde Salónica, los s intrépidos, clandestinamente escriben historias de combatientes desde sus frágiles navíos, odiseas de niñas que sucumben en medio de los combates y sobre el amor de Münever y Memet en su espera interminable s allá de los barrotes que no las quebrantan.















PALABRA DE POETA

No hay leyenda que condense lo que de real escribe el hombre
en esas contiendas del día a día y son palabra de poeta que reconstruye entre insomnios de medianoche
y las sorpresas en la guarida de la tarde
donde se descubre que las viejas historias de papá
son retratos y cartas,
peldaños en la tentación de adolescentes
que fugan de la calidez de los hogares.

La neblina por ejemplo- es un libro abierto desde  las  estribaciones  desur  y  lapalabras la evidencia de un hombre a caballo buscando un refugio para el poeta clandestino y para el cuerpo casi sonámbulo  por el cansancio, una especie de expiación de los días y los años que Pablo el fabulador conviv con esa  envolvente lluvia austral, visitante del Cabo de Hornos.

De albergue en   albergue, ahora, víctima de un éxodo obligado emigra de su Isla Negra a Pirque, a Santiago, a Valparaíso, a esos pueblos


donde la gente repite sus palabras de memoria por saberse parte de la historia, de los aromas debosque  chileno  de  laaves  revoloteando en lo s alto desafiando a los copihues rojos blancos

azules

que son el arco iris

en la mano.

Y son también parte de esa resistencia araucana que se erige en su Canto, sin s invadiendo las casas de Temuco hechas a brazo partido, con algo de campamento donde se comparte ungüentos, libros,  mesas y sillas y, sin necesidad de esconderse, el encendido amor de adolescentes.

Es el Canto General la huella y la inicial chibcha, araucana, Caribe, la lámpara de tierra que irradia, su contraseña terrenal desde Isla Negra hacia las marcas del búfalo o las espumas acumuladas de la luz antártica.

Nadie olvida desde el corazón de España y  de  todos  los  pueblos  poqué  spoesía  ya no menta el sueño y las hojas, la lluvia, los durmientes sobre la arena, ni a los grandes volcanes de su país natal, porque la sangre de los niños enrojece las piedras por las que transita aún luego del desfallecimiento definitivo de su cuerpo hasta el siniestro.
TESTAMENTO PERDURABLE

En medio del nidal que abriga el desamparo de Granada, Mariana Pineda desenhebra el cauce rojo de los emancipados
a través de cuyas aguas tumultuosas huye de la iniquidad de Pedrosa,
no hay pesquisa que vulnere el secreto de saberse multitud conmoción fraguando la gran maquinación
al interior del reino, en el empeño de hacer habitable el espacio terrestre
para el Hombre.

Mariana Pineda no teme la sordidez de los custodios
del patíbulo
ni que desnudaran su cadáver tras su muerte para evitar
que escapen
las palabras que perduran s allá
de un testamento requisado.

Mariana a viva voz nos avisa que el recuerdo de su suplicio has por la causa que todas las banderas desgarradas
en el mundo. Sobre las piedras de Granada camina Mariana Pineda
con su proclama

ondeando a los cuatro vientos  hacia el trance final sin perturbarse
camina hacia las sombras del convento
de Santa Maa Egipciaca
donde sucumbirá su cuerpo demolido por el garrote vil
sin quebrantar su estatura de albor y de prodigios...


LOS CANDILES DEL MINERO

Del fondo de las minas  de Gallarta, de entre el sigilo tenebroso del carbón  o la alucinación de los metales, desde la agonía larguísima
de los bisabuelos y los abuelos y los padres
y los niños que vendrán mañana por los mismos socavones,
vino, con la misma investidura de los truenos
que rasgan el crepúsculo
un día de diciembre, apenas al costado de la lluvia,
vinola pequeñIsidora Dolores Ibárruri Gómez,
como iluminación centelleando en los candiles del minero.

Sus manos adolescentes supieron de los haceres humildes bajo los techos ajenos, la larga historia de su familia, de la que aprendió el abecedario del desposeído fuente de sus palabras y de su ímpetu
de la sustancia del pensar en el minero vizcaíno.

Aún en las tertulias amatorias
de labios de Julián Ruiz Gabiña,
esa voz, irá trocando  el impulso en convicción irreductible
y su ser en La Pasionaria de los pueblos que se rebelan
y en todas las mujeres libres para levar anclas
por todos los cielos.

LAS RAZONES DEL AMOR

El prefirbuscar otros caminos   hacia la cordura de estar vivo y se fue con su música por todos  los  caminos  que  llevan  a  Teoponte,  en sus talones  el costillar de Rocinante que marcó los pasos  del Che y entre sus manos la guitarra solidaria que anuncia otros tiempos para América.

En el umbral del hogar el pañuelo de Elvira agita las razones del amor y ese abandono inexplicable en la pupila de un niño que  renace cada mañana cuando las campanas de Santiago del Estero tocan a rebato chacareras y tangos y un niño en la calle exactamente a esta hora muestra desde  sus  harapos  esa  dignidad  que  heredó del cantor que no quiso s hablar al cuete, presintiendo que todos los pájaros inocentes remontan por los mismos caminos.

Benjo  Cruz    en  plena  selva  paceña  relata la historia con canciones que ahuyentan los recuerdos porque era necesario caminar con el alma sin cadenas sorteando los peligro desde La   Paz, Caranaví, Alcoche y Tipuani cerros arriba a Teoponte hasta la estancia al aire libre del Chato, del Coco y del Inti que volvieron a las montañas sin andarse con rodeos para apuntar directo al corazón de la ignominia humana.

El viento venido de los riscos acunlas canciones de Cansiano que abrigan la soledad y el estribillo de la Sacha marca el ritmo de la marcha hacia la selva paceñhacia esa ínsula de la que no se retorna sino a la memoricampesindonde queabatido el cuerpo del Cantor pero no su voz  ni su impronta inmarcesible...





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